1 Ayer sin pensarlo mucho y al despertarnos con
aire aventurero, decidimos subir al Castellón de Olías. La salida fue desde El
Villar, como destino los restos de la fortaleza musulmana datada de los siglos
X-XIII. Nuestro objetivo, hacer algo de deporte en la naturaleza y disfrutar de
este entorno único. En total estuvimos unas cuatro horas en las que pudimos ver
varios abrigos, así como dos cuevas de gran interés y lo que más nos sorprendió
fue un arco de piedra, elementos que hicieron de la ruta un paseo inolvidable.
Para ascender elegimos el lado oeste, aunque
no es el más sencillo, ya que hay que subir por un barranco de piedra. Esto fue
lo que le dio algo de dificultad a la ruta ya que en algunos sitios había que
hacer algo de escalada para poder continuar. Después, de un descanso en lo más
alto para almorzar, y disfrutar de una de las rapaces más usuales de la zona,
un águila perdicera, nos dispusimos a descender.
Lo mejor de la ruta, las vistas, aunque en
esta ocasión no pudimos ver la costa debido a las nubes. Una gran jornada con Noe y disfrutando del campo a la vez que mejoras tu calidad de vida haciendo deporte.
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